jueves, 3 de marzo de 2016

Nativos e inmigrantes




Los estudiantes del Siglo XXI han experimentado un cambio radical con respecto
a sus inmediatos predecesores. No se trata sólo de las habituales diferencias en argot, estética, indumentaria y ornamentación personal o, incluso, estilo, que siempre 
quedan patentes cuando se establece una analogía entre jóvenes de cualquier generación respecto a sus antecesores, sino que nos referimos a algo mucho más complejo, profundo y trascendental: se ha producido una discontinuidad importante que constituye toda una “singularidad”; una discontinuidad motivada, sin duda, por la veloz e ininterrumpida difusión de la tecnología digital, que aparece en las últimas décadas del Siglo XX.
Los profesores del Siglo XXI han de aprender a comunicarse con sus estudiantes a 
través de una lengua y de un estilo común. Ello no significa cambiar el significado 
de lo importante, de lo trascendente, ni tampoco implica fijar otras habilidades distintas. Muy al contrario, significa, por ejemplo, abandonar el “paso a paso” por el “ir 
más rápido”; implica profundizar más, pero siempre en paralelo, implica acceder 
desde y bajo el azar, etc.
Concluimos afirmando que los educadores deberían intentar abrirse a la realidad, 
sin calificar a un método de ineficaz, olvidando sus tradiciones y su tendencia 
a la repetición de fórmulas didácticas del pasado.

Derechos de autor: Marc Prensky.